viernes, 20 de octubre de 2023

Cuchillo maya en la casa sangrante

 

Los cuchillos mayas han sido estudiados en profundidad en diferentes oportunidades, por diferentes institutos. Son una de las maravillas de las civilizaciones de Mesoamérica, sobre todo por el mineral del cual están hechos: obsidiana. Este es el material con el cual se pueden obtener los elementos más filosos posibles de crear por el hombre, más aún que los escalpelos quirúrgicos, debido al material volcánico del cuál están hechos. El ser altamente frágil y duro, ofrece a su filo unas características imposibles de igualar con metales. 

Es por esto que, conociendo los rituales que llevaban a cabo los mayas, entre ellos los sacrificios humanos, siempre se conjeturó que los cuchillos de obsidiana y sílex habían sido utilizados para estos sacrificios. Sin embargo, no se hallaron pruebas contundentes hasta hace pocos años. En el año 2012 los investigadores mexicanos hallaron una clara evidencia de células sanguíneas y fragmentos de tejidos humanos, incluso músculos, tendones y cabellos, en cuchillos de obsidiana con más de 2.000 años de antigüedad. El hallazgo corroboró claramente los relatos posteriores a la cultura maya que afirman el uso de afilados cuchillos de obsidiana para sacrificios humanos, dijo el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Otras evidencias físicas, como marcas en esqueletos humanos, habían dado anteriormente pruebas indirectas de esta práctica.


Estos cuchillos rituales, de doble filo y corta envergadura, contaban con mangos tallados, en los cuales se inscribían las figuras del dios para el cual se realizaba el sacrificio. Por los materiales con los cuales fueron confeccionados poseen una apariencia llamativa, con sus mangos verdes y cuchillas negras.


Es uno de estos peculiares cuchillos, altamente interesantes en el mundo académico, el cual acabó en manos de Luis Abraham Fersko. Este llegó por medio de un integrante de la misión arqueológica de España, quien le encargó un trabajo de fotografía para el interesante hallazgo. El cuchillo provenía de la ciudad maya de Oxkintok, una de las ciudades mayas más antiguas y con una de las ocupaciones más prolongadas de toda la zona de la provincia de Yucatán, México. Encontrado en las excavaciones realizadas en el grupo May por la misión arqueológica de España en México dentro del proyecto Oxkintok, durante las campañas de 1986 a 1991, poseía la particularidad de representar en su mango una deidad que poco coincidía con las ya conocidas mayas. Según documentos que hasta el momento permanecían ocultos, este cuchillo debía llegar para una exposición en el Museo Nacional de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Así, las fotografías pedidas a Fersko, serían parte del registro del museo de aquella exposición. Sin embargo, el cuchillo jamás se expuso, y la existencia del mismo quedó eliminada. No existen pruebas de que el cuchillo haya vuelto a las investigaciones de Oxkintok, ni tampoco que haya permanecido en manos de Fresko. Poco se sabe de aquella persona que oficiara de contacto entre el museo y la misión arqueológica, así como no hay registros del cuchillo en ningún otro museo o instituto. Así, permanece en misterio la ubicación de este extraño cuchillo, del cual se perdió la pista de forma absoluta luego de los acontecimientos vividos por la familia Fersko el 15 de noviembre de 1986.

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